martes, 13 de mayo de 2008

Palabras, acordes, café...

Los viernes han cambiado...

Los acordes cambiaron, ahora suenan tan improvisados, la música, divaga en la atmósfera, ronroneos, estallidos, estampidas de sonidos, nada comparado a la bien estructurada música de antaño.

Las palabras flotan, como a la deriva, no existen las charlas de antes, ni si quiera se puede hablar de él, no hay él para hablar.

Lo peor, al final del día, ha sido el café, la dosis fuerte y concentrada, acompañada del profundo y armonioso olor, no penetran más mis sentidos.

Sólo han llegado un poco de sensaciones, nada comparable al golpe que estallaba sobre mi cada vez que entraba a aquel lugar, ya nada es como antes, no quiero pensar si quiera en que nunca más lo será...