sábado, 25 de abril de 2009

Epidemia

Ha surgido esta epidemia de influenza de origen porcino entre la población de la Ciudad y el Estado de México.

Las medidas que han tomado es la de cuarentena, no hay clases hasta el seis de mayo.

Dicen que está controlada pero las cifras siguen creciendo. Lentamente se esparce a otros países, han puesto vigilancia en las fronteras, en los muelles, en todas partes. Se expande como humo azul.

Y yo no puedo estar más molesta porque todo es culpa de las autoridades negligentes que decidieron quedarse callados hasta que la cosa explotó, porque ni siquiera estaban repartiendo vacunas, estaban haciendo: nada. Hasta que la Organización Mundial de la Salud se espantó y les pidió medidas, fue que actuaron. Hasta que sintieron la presión internacional.

Pero bueno, eso es lo que el país se merece por dejar que este gobierno que nos rige ahora haga lo que se le dé la gana, el país se lo merece por haberlo dejado quedarse en la silla presindencial cuando ni siguiera la ganó.

El mismo gobierno que planea vender los terrenos de la UNAM, la universidad más importante de latinoamérica para construir rascacielos, porque los que estudiamos en ella somos una lacra de la sociedad, drogadictos, terroristas y parásitos, por eso en lugar de mandar inmediatamente las muestras virales a la UNAM, las mandaron a Canadá y EUA y esperaron a que la enfermedad se esparciera.

Dicen mis padres que la enfermedad nos la echaron los dioses mexicas, por pendejos y dejados. Tal vez tengan razón.

Así que tenemos una semana se vacaciones, vacaciones lúgubres resultado de tantas muertes. Sería bueno si el miedo se esparciera, si el pánico se extendiera, porque así al menos se aplasta un poco a la apatía, así, tal vez la gente empiece a ver donde estamos parados y nuestra cruel realidad.

Pero al final no importa, porque es el país de no pasa nada y de las maravillas. Ya no sé si reír o llorar, porque los de este lado ya sabíamos que así serían las cosas, que es por eso que emprendimos esa lucha para evitarlo, pero al final perdimos.

Aplausos, querido México.